¡Oh, cállate!
Así que, tras tres capítulos dedicados a presentarnos a los villanos de la saga haciendo poses guays y pateando culos, tenemos...
¡Más de lo mismo!
¡Tres putos capítulos y no hemos avanzado nada en la jodida trama! ¡Se sigue mostrando a los putos malos trazando putos planes de segunda y cargándose viejos! ¡¡HACED ALGO YA, JODER!!
¡¡TETASH!!
En fin, resulta que la Digimon de mercadillo ha conseguido secuestrar a Minerva, no sin antes hacerle cosas lascivas, y ahora está transformándola en un demonio... o algo así. Porque vamos, los demonios no son putos furrys megalómanos. Generalmente diría que, dado la escala de poder actual de Minerva, y que Erza tuvo que recurrir a una armadura que tarda diez años en cargarse para poder hacerle un rasguño, esta buena moza no necesita más fuerza. Pero como aquí la escala de poder se mide en lo cool que sea tu diseño y cuántas erecciones puedes provocar, los hechos del manga no se pueden tomar en serio.
Dioses, sólo conozco al gordo de dos capítulos y ya le tengo asco. Ojalá que le partan la cara pronto... Y a Leomon, de paso.
Pff ¡JAJAJAJAJA! ¡Hasta tus personajes se están dando cuenta de que son estúpidos, Mashima!
La pelea de Laxus con Leomon, que le ha dejado para el arrastre, ha provocado en el gremio, y en Natsu, LA MISMA PUTA REACCIÓN DE SIEMPRE. Así que, como siempre, tenemos el típico discursito sobre el amor y la amistad, la misma motivación imbécil y, dentro de un par de capítulos, los mismos guantazos y deus ex machinas de siempre. Mashima es un hombre de costumbres, por cancerígenas que sean... para el lector.
¡Oh, ilumínanos, Loki-deus-ex-machina-sama! ¿Cómo has conseguido averiguar la ubicación de todos los antiguos miembros sin una explicación racional de por medio? ¿Y qué coño le pasa a Wendy? ¿Le ha dado un derrame cerebral ante el sinsentido de esta escena?
Bien, ¿a quién le importan los detalles? ¡Lo sabe y punto!
Me hace gracia, porque Mashima lanza atisbos de querer explicarlo, pero como el manga se le ha ido de las manos, y me la juego a que no sabe ni cómo explicar estos agujeros argumentales, simplemente hace que un personaje random lo pregunte, y ¡SE LO CUENTAN AL OÍDO! ¡¡AL OÍDO!! Y hale, como Wendy lo sabe, al lector le vale. Eso ya es una razón de peso y, por lo tanto, no hace falta explicarlo abiertamente. Wendy lo sabe, y si tú no te enteras, es porque eres tonto y cuestionas la palabra del omnipotente Mashima-sensei.
¡¡Bububububu!! ¡¡Somos Fairy Tail!! ¡¡A pesar de que hace unas páginas he dicho que no somos rivales para ellos, ahora de repente me he motivado y vamos a patearles el culo!! ¡¡Bubububububu!! ¡¡Por el amor y la amistad!!
Al parecer, nuestros Fairy Faggots deciden vigilar a los exmiembros del consejo en sus propias casas para protegerlos de los Looney Toons psicóticos. Lo que nos lleva a...
¡¡Whoa!! ¡¡Qué coincidencia!! ¡Los putos Cheetah Men han ido a atacar CASUALMENTE al tipo que estaba escoltando Natsu! ¡Qué casualidades tiene la vida! ¡El destino es un caprichoso bribonzuelo!
¡Pero no os preocupéis! ¡Ahora resulta que, además de fuego, rayos, veneno y fuego celestial, textualmente, imposible de comer, Nartsu puede comer explosiones! ¿Por qué? ¡Porque puta magia! ¡Por eso!
¡Y aquí está! ¡Momento MAXIMUM COOLNESS de Natsu lanzándole miraditas al malo de turno, que en esta ocasión ha resultado ser un neko kawaii asesino de nivel 80! ¡Gracias, Mashima, has vuelto a romper mis esquemas de cuán bajo puedes llegar a caer con este manga!
Cada vez que este tipo publica un capítulo de su manga, Dios mata a un prestigioso y magnífico autor aleatorio.
