domingo, 13 de noviembre de 2016
Fairy Tail sigue siendo una puta mierda
Hace casi dos años que ya no lo leo, pero puedo afirmar que sigue siendo una puta mierda. Mashima ya tomó un rumbo sin retorno hacia lo más profundo de la alcantarilla, y dudo que se le haya aparecido la virgen para bendecir su obra. En todo caso sólo puede mantenerse o ir a peor y peor.
El caso es que no me pongo al día no por falta de ganas de seguir recibiendo odio en este pequeño rincón de la internet, sino porque, entre que tengo poco tiempo y que no soy tan coprófago como para seguir aguantando la tortura que es leer este hito al sífilis, uno tiene cero ganas de seguir dejándose la vista en el pseudoporno camuflado como shonen que es Fairy Tail. En especial cuando tengo Pornhub, y esas cosas. Pero esto no es sobre el porno, ¡que ojalá! Es que narrativamente este manga es un zurullo tan enorme que literalmente SUFRO leyéndolo. El hecho de que alguien pueda disfrutarlo me aterra y fascina al mismo tiempo. Por no hablar ya de que sea un icono actual del manga/anime, porque eso ya me supera. Me suena a lengua ancestral lovecraftiana o algo muy jodido.
El caso es que por un lado quiero retomar esto, pero por el otro me supone un suplicio y pérdida de tiempo hacerlo. Creo que necesito un par de comentarios hirientes más para volver a lanzarme a la piscina. En vuestras manos lo dejo.
Por cierto, insisto, Fairy Tail es un saco de heces. Sé que no digo nada nuevo, pero considero importante que lo tengáis en mente.
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